A lo largo de nuestra extensa vida profesional nos hemos encontrado con clientes y directores de comunicación de todo tipo y es justo reconocer que hemos logrado una excelente relación de confianza gracias a un denominador común: transparencia.

La confianza se gana con el paso del tiempo, pero sobre todo a través de un ejercicio de honestidad y transparencia en las relaciones profesionales.

En este sentido, ha jugado un peso importante establecer desde el primer momento un contrato en el que se definen el servicio y las acciones a realizar, que se plasma en el Plan Anual de Comunicación, pero también en un calendario mensual que se actualiza periódicamente por parte del cliente y la agencia, y que recoge el día a día del trabajo.

De esta forma, además de establecer unos objetivos medibles, nos permite adjuntar un "informe de actividad" al final de mes con la factura que se envía al cliente. Este informe permite comprobar si nos estamos ajustando a los servicios contratados y si se cumplen las actividades planificadas.

La experiencia nos indica que aunque a priori pueda parecer un acto burocrático más, al final es una manera excelente de que el departamento administrativo compruebe que el servicio contratado responde a las exigencias de la empresa y, de paso, mostrar la cantidad de trabajo que desarrolla la agencia, que de otra forma en la mayoría de los casos pasa desapercibida.

A este acto de transparencia le sumamos un desglose de los gastos y costes de proveedores externos, cuando se precisan contratarlos en actividades puntuales.


Share this post

Submit to FacebookSubmit to Google PlusSubmit to TwitterSubmit to LinkedIn